Del 19 de julio al 19 de septiembre de 2024
Horario para visitar la exposición de miércoles a domingo de 12:00 a 19:00
El Ferrocarril de Santander a Bilbao es una línea regional de ferrocarril de ancho de vía métrico
(antigua FEVE, o Ferrocarriles Españoles de Vía Estrecha) de 118,6 kilómetros de longitud,
que comunica las ciudades de Santander, en Cantabria, y Bilbao, en Bizkaia. La línea férrea, de
vía única sin electrificar en la mayor parte de su recorrido, fue creada a finales del siglo XIX y,
partiendo de la estación de Santander, recorre 38 estaciones antes de llegar a la estación de
La Concordia en Bilbao. Aquí radica sin duda su importancia, puesto que supone un elemento
clave en la vertebración del territorio rural que atraviesa: su función esencial, que viene dada
por el uso que se le da, no es tanto conectar una capital con otra (los tiempos no son
competitivos con respecto a otras formas de transporte), como conectar los pueblos con las
capitales y entre sí.
Entre las estaciones y apeaderos que jalonan la línea, 12 están situados en 9 municipios de
nuestra comarca (Valle de Villaverde, Gibaja en Ramales de la Victoria, Udalla en Rasines,
Marrón en Ampuero, Limpias, Treto, Cicero y Gama en Bárcena de Cicero, Beranga en Hazas
de Cesto, Hoz de Anero y Villaverde de Pontones en Ribamontán al Monte y Puente Agüero
en Entrambasaguas), a las que podemos añadir la estación de La Cavada en Riotuerto,
perteneciente a la línea de cercanías Santander-Liérganes, también de ancho métrico.
Según el Plan de identificación, protección y puesta en valor del Patrimonio Histórico Cultural
Ferroviario (PHCF) de la Fundación de los Ferrocarriles Españoles, «el edificio de viajeros de
una estación puede integrar el patrimonio industrial ferroviario en tanto en cuanto forma
parte del proceso industrial del transporte, y a la vez, si es de una arquitectura meritoria, puede
ser parte del patrimonio artístico». Lo interesante de nuestras estaciones es que siguen en uso
actualmente y, a pesar de que el futuro de la línea es bastante incierto, lo cierto es que su
papel en la conexión del territorio es indudable, y valorizarlas como bienes patrimoniales
puede aportar otro ángulo a la visión global del papel del tren en la comarca. En efecto, en el
Plan anteriormente citado, se contempla la puesta en valor «en explotación o en activo»:
«Es la forma de puesta en valor de aquellos bienes o conjuntos del PHCF que continúan
afectos a la explotación ferroviaria, lo que constituye una relevante forma de puesta en valor.
Este caso se producirá, por ejemplo, con muchas estaciones ferroviarias, cuyos edificios tienen
aún una larga vida útil y pueden, a la vez, cumplir su función natural de intercambiadores de
transporte, y la de explicar la evolución y realidad de la historia y la cultura ferroviarias.
A lo anterior se añade el hecho de que 2021 fue declarado «Año Europeo del Ferrocarril»,
cuyo objetivo general era «fomentar y apoyar la labor de la Unión, los Estados miembros, las
autoridades regionales y locales y otras organizaciones para aumentar la cuota del ferrocarril
en el transporte de pasajeros y mercancías». Uno de los objetivos específicos de la decisión
es el objetivo e), «basarse en el poder del ferrocarril para estimular el imaginario colectivo,
en particular a través de su historia y su patrimonio cultural, recordando la contribución del
ferrocarril a la creación de la prosperidad europea y al desarrollo de tecnologías punteras».
En este objetivo se enmarca también esta exposición.
Autor de las fotos: Toño Ruiz Garmendia.
Proyecto coordinado por el Grupo de Acción Local Asón-Agüera-Trasmiera y subvencionado
por la Dirección General de Urbanismo y Ordenación del Territorio del Gobierno de Cantabria